El arte de saber contar una historia (o un chiste)
Cuando se trata de contar una broma, contar un cuento, o tratar de persuadir a alguien con una historia de la vida real, es necesario dominar el arte de la narración. Mientras que algunos lo tienen de una manera natural, otros tienen que aplicarse y aprenderlo. No tengas miedo, porque puedes aprender cómo contar una historia de una mejor forma si sigues nuestros consejos más destacados:
Involucra a tus oyentes.
Eso significa que debes de atrapar la atención de tu público y eso se puede lograr haciendo algunas preguntas o bien haciendo uso de la retórica, que es relevante para la conclusión, en el giro de los acontecimientos y la fijación de la historia que estás contando. Alternativamente, se puedes colocar una frase que puede tener la atención de las personas por ejemplo si vas a contar historias de fantasmas para niños, puedes decir:
Ejemplo de “amor” de un cuento de hadas: “¿Alguna vez se preguntaron por qué aparecen fantasmas cuando estamos solos?
Construye la escena.
Tu relato debe acompañar a tus oyentes en una experiencia de inmersión o sea de sentir que viven la historia; deben sentirse transportados a la acción. Por lo tanto, comienza dándoles un contexto en el cual puedan orientarse. Luego continúa añadiendo detalles que describan la acción y que permitan a tu público sentir lo que sentía el persona de tu historia.
Debes prestar atención al cuidado de las palabras. Utilizar palabras específicas para desencadenar reacciones emocionales que deseas. Para una historia: “Había una vez, cuando la magia todavía un mundo donde los animales hablaban”.
Aumenta la tensión
El arte de la narración debe de tener una trayectoria definida; por ejemplo básico es montar la tensión a lo largo de la historia, todo el camino hasta la cima de clímax que debe de mantenerse hasta la conclusión de tu historia.
Recuerda sin embargo que es importante liberar la tensión en el momento adecuado para contar una historia equilibrada y no termine aburriendo.
Si lo deseas, puedes aliviar la tensión, agregando algunos detalles de importancia secundaria, o una broma si estás contando una historia divertida.
Concentrate en lo esencial.
Como se ha mencionado hasta ahora, incluir detalles para meter de lleno a tu audiencia en la historia es un proceso fundamental; si logras hacer ésto es muy probable que tengas ya el 80% de tu historia ganada.
Sin embargo, es importante y debes asegurarte de que tu historia tenga elementos concluyentes y precisos. Es por eso que es igualmente importante centrarse en lo esencial. Saltar detalles innecesarios y mantener sólo los puramente relacionados con la historia.
El tiempo es limitado, deberías de contar historias en un tiempo prudente sobre todo en lo referente a los detalles que contribuyen a que la narración no se alargue demasiado, por ejemplo al describir una escena, pero siempre ajustados de acuerdo a las reacciones de tus oyentes.
Siempre deberás de poner atención a sus reacciones y verificar si empiezan a parecer aburridos, entonces es tiempo de poner el turbo y llegar a tu final de una manera adecuada.